
Pedidos Directos de Jesús
Cuando estuvo cerca de terminar el libro encomendado, al que llamó Gotas de Agua Viva, el gestor de este movimiento tuvo el honor no merecido de recibir en persona la visita de Jesús desde el Calvario. No es aún explicable cómo Jesús pudo haber manifestado en vivo su presencia veinte siglos después. No todas las reglas de la física están aún descubiertas, pero el hecho es que el gestor tuvo la providencia de sentir, mirar y escuchar a Jesús en el fondo de su habitación, en una ocasión en que se hallaba desmoronado y cuando no hallaba salida a su dolor. No sintió miedo, ni algún tipo de temor. No tenía fuerzas para experimentar estas emociones; más bien se concentró en captar la desesperación y angustia que mostraba Jesús, quien estaba sangrante, con una mirada de petición por el peso que llevaba encima. No sabemos por qué escogió al autor para realizar estas peticiones, ni sabemos si además se presentó a otros más, en distintas circunstancias y con mensajes complementarios. Como quiera que sea, Jesús, cargado de la Cruz y con el sufrimiento latente, se hallaba al fondo de la habitación: esto era una realidad. Habló estas palabras: «Ayúdame Stenka a cargar esta Cruz».
Leer más
Esto tenía un significado gigante y era un pedido a que le aliviemos el inmenso dolor. Jesús estaba dando a entender que mientras más pecamos, mientras más ofensas realizamos, mientras más dolores causamos al prójimo, más pesada se hace la Cruz. Lo expresó con una mirada de profundo dolor, al que combinaba con una inmensa mansedumbre, con la confianza de ser escuchado y de que transmita el mensaje. Pudo ser percibido más allá de las fábulas, de las dudas que se han generado sobre su existencia, y el autor de estas líneas da testimonio de que así fue. Jesús nos miraba con enorme mansedumbre, con una invitación a compartir y respetar lo que Él estaba viviendo. Pronunció unas pocas palabras, que venían a ser como un mandato sagrado, luego derramó bendiciones, manifestó que a través del Espíritu Santo dará más mensajes en adelante, infundió la energía viva del amor gigante e inconmensurable que llevaba en su corazón, y estando todavía en medio de un dolor que se evidenciaba, se retiró temporalmente. Todo fue real y muy intenso. En las semanas que siguieron, se recibieron a nivel interior los demás eslabones del mensaje, y esto estamos presentando.
Estas palabras, cortas pero muy elocuentes, dan a entender que no solo la fe y la Gracia son los elementos de Salvación y para alcanzar la vida eterna. Cada quien deberá realizar su propio esfuerzo, tener su lucha, su proceso de restauración, de caídas y levantadas, de mejoramiento continuo, de renuncia, de perseverancia, como complementos a la fe y a la Gracia.
¿Te sientes llamado a contribuir a esta misión?
Únete a nuestro curso y obtén tu certificación. Sé parte de nuestro grupo de ayuda y participa en un proceso profundo de autodescubrimiento.